El dispositivo grupal como propuesta dentro de la aplicación de la musicoterapia fue respuesta a una circunstancia que nos atravesó como sociedad: el aislamiento. Como equipo, creemos que éste puso en evidencia la importancia de las redes interpersonales en la salud integral de las personas y cómo su presencia beneficia de manera consecuente a las demás áreas personales.
La aplicación grupal de la musicoterapia tiene múltiples beneficios: ayuda a trabajar objetivos terapéuticos individuales de manera más efectiva, permite la interacción entre los pacientes y el establecimiento de un clima emocional y social favorable, puede promover la autoestima, la autoimagen y el armado de vínculo con los demás, así como favorecer la expresión y comunicación verbal y no verbal. Creando un dispositivo clínico a nivel grupal, los pacientes pueden encontrarse identificados con los demás a partir de la expresión tanto emocional como sonoro musical y esto puede llevar a la creación de vínculos afectivos importantes, lo que les puede ayudar a mejorar su estado anímico y a establecer relaciones sociales saludables. De la misma manera, los entornos grupales favorecen la identificación de patrones de pensamiento negativos y la promoción de un pensamiento salutogénico.
Presentamos a la musicoterapia grupal como un dispositivo valioso en la intervención terapéutica. A través del recurso sonoro musical los pacientes pueden trabajar diversos objetivos terapéuticos, mejorar su estado emocional y establecer relaciones interpersonales saludables y satisfactorias. Por lo tanto, consideramos que su aplicación es fundamental en la práctica clínica ya que cumple un rol esencial en la calidad de vida de los pacientes.